
Vayan a mi Viña a proclamar que Dios es compasivo y misericordioso
“Sean compasivos como su Padre es compasivo”
Lucas 6,36
Saludo con alegría a todo el pueblo de Dios que peregrina a la casa del Padre en la Iglesia particular de Zacatecas.
El Papa Francisco nos está invitando a contemplar el rostro siempre misericordioso de Dios y a vivir con alegría y creatividad el Evangelio de la misericordia en cualquier circunstancia de la vida. Un Año Santo es un año lleno de gracias y oportunidades, intenso y comprometedor en su vivencia y en su llamado urgente a la misión.
¿Qué tenemos que hacer? Abrirnos a la siempre oportuna misericordia de Dios, dejar que Él nos transforme en mujeres y hombres nuevos y aceptar gozosos el envío a ser misioneros creíbles de su misericordia. Convoco a todos los fieles y, en especial, a los agentes de pastoral a buscar caminos concretos para que la misericordia de Dios sea la fuente de renovación en nuestras comunidades locales y en cada persona.
Invito a hacer operativas estas líneas de acción:
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Como Jesús, entrar en contacto con toda persona herida por el pecado y la maldad de los hombres. La ternura y la compasión de Dios pueden llegar a las personas a través de la cercanía pastoral. Cada parroquia busque activar las grandes posibilidades que nos da el perdón de Dios a través del sacramento de la Reconciliación. Buscar la indulgencia de Dios es siempre oportuno. Los fieles lo podrán hacer en todos los templos y los confesionarios.
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Como Jesús, salir al encuentro de todas las familias, en cualquier situación en que se encuentren. Nuestra ruta 2020 dedica el año 2016 a generar procesos para que haya una pastoral familiar afectiva y efectiva, oportuna y compasiva en todas las parroquias y ámbitos donde crece y se educa el ser humano. Cada parroquia tome en serio la ruta a seguir este año para que toda familia sea acompañada, se convierta en una escuela del perdón y la misericordia sea parte ordinaria de la vida.
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Como Jesús y María, acompañar al matrimonio en su gestación, nacimiento y maduración. La Iglesia debe inclinarse y atender “a los hijos más frágiles, marcados por el amor herido y extraviado”. De una forma especial debemos atender a los matrimonios que han fracasado y a los divorciados vueltos a casar. El Papa Francisco ha promulgado un rescripto donde reforma el proceso para agilizar los procedimientos de nulidad matrimonial “según la gratuidad evangélica” y hace un llamado para que la verdad, la justicia y la misericordia se encuentren. El Tribunal Eclesiástico Diocesano nos indicará a la brevedad los pasos a seguir.
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Si la misericordia de Dios es infinita, la nuestra debe ser inagotable. Invito a todas las comunidades cristianas y a las personas de buena voluntad a buscar gestos concretos y oportunos para que las obras de misericordia se hagan realidad y ayuden a formar seres humanos sensibles a las necesidades materiales, morales y espirituales de todo ser humano, especialmente, el más vulnerable. Pastoral social de la diócesis nos ayudará a vivir atentos, mirar más allá de lo inmediato, desplazarnos de nuestras comodidades, respetar procesos, acoger vidas perdidas y ser agentes del perdón, la reconciliación y la paz.
Que María, madre de misericordia y todos los santos que vivieron en grado heroico las obras de misericordia nos inspiren e intercedan por nosotros.
Dado en la diócesis de Zacatecas el 13 de diciembre de 2015, tercer domingo de Adviento, día de la apertura de la Puerta Santa.
+ Sigifredo Noriega Barceló
Obispo de Zacatecas
@signorbar
13 de diciembre de 2015 ©Diócesis de Zacatecas